Sabemos que las nuevas tecnologías permiten cada vez más una democratización constante del conocimiento, sin embargo también debemos tener en cuenta que los espacios de estudio reales se han convertido ahora en aulas virtuales. Es así como cada vez más universidades prestigiosas del mundo ofrecen cursos y especializaciones a distancia. Ciertamente es una gran oportunidad para todos aquellos que no tienen ni el tiempo ni el dinero para trasladarse a otra ciudad del planeta para seguir sus cursos favoritos. ¿No les parece? Se trata entonces de una educación más barata, más accesible. Por ejemplo podemos estudiar desde casa y no tener que pagar la manutención de un nuevo departamento, dejando de lado nuestros quehaceres laborales.
La educación a distancia consiste en “un diálogo didáctico mediado entre el profesor (institución) y el estudiante, ubicado en un espacio diferente al de aquel, aprende de forma independiente (cooperativa)”(Lorenzo García Aretio, La Educación a Distancia: De la Práctica a la Práctica, 1ra. edición, España, Ariel Educación, 2001).
Dentro de la definición anterior observamos tres expresiones "diálogo didáctico mediado", "espacio diferente" y "aprendizaje independiente".
En el diseño de un curso a distancia es importante valorar cómo se producirá la interactividad, cómo será la participación de los componentes personales del proceso de enseñanza aprendizaje: profesores, alumno, grupo, y también otros profesionales y agentes.
Los medios tecnológicos actuales permiten el intercambio entre profesores y alumnos y formar comunidades de aprendizaje interactivas.
El profesor cumple varios roles de tal manera que el alumno tiene la sensación de que es la institución la que enseña, siendo ésta la que diseña, produce, distribuye, desarrolla y tutela el proceso de aprendizaje de sus alumnos.
A través de un diálogo simulado y asíncrono los alumnos establecen la primera comunicación con la institución. El estudio de estos materiales se realiza de forma independiente y autónoma. El estudiante decide cuándo estudiar, el ritmo de su estudio, la forma de emplear los materiales, dónde va a tener lugar el aprendizaje.
Otro aspecto que es necesario destacar es que la educación presencial tradicional hace uso de distintos elementos de investigación tales como libros, revistas, videos, e Internet. Debemos hacer una búsqueda in situ, en el aula para terminar nuestro trabajo. En el caso de la educación a distancia, básicamente la información la tenemos inmediatamente y si restricciones gracias a su herramienta fundamental gratuita: Internet.
Finalmente nos quedan las conclusiones de que la educación a distancia es más autónoma, independiente y hasta interactiva (tecnológicamente hablado) que el tradicional. Sin embargo la educación tradicional presencial, ofrece otros beneficios como la socialización directa, tan importante para el ser humano.